El acné es una afección cutánea que afecta tanto a hombres y mujeres, jóvenes y adultos. La adolescencia es el momento cuando el acné comienza a aparecer en la piel. La razón principal es la producción de exceso de sebo por las glándulas sebáceas. Otra razón son los cambios hormonales que se producen en el cuerpo cuando una mujer está ovulando, embarazada o entrando en la menopausia. El acné también puede ser hereditario. Así como por razones de estrés, alergias, acumulación de bacterias en la piel, y el uso incorrecto de cosméticos.
Existen infinidad de remedios que ayudan a combatir el acné. Desde los tratamientos farmacológicos más novedosos a tratamientos naturales muy tradicionales.
Dentro de los tratamientos naturales te propongo dos áltamente eficaces: la Bardana, y el Aloe Vera.
El Aloe Vera es de gran interés tanto para el acné como para cualquier otra afección cutánea. La condición de acné provoca la hinchazón y la inflamación en la zona afectada de la piel. El Aloe Vera se encarga de la inflamación y ayuda a calmar la irritación de la piel acneica con problemas. Incluso el enrojecimiento y el dolor puede ser reducido.
El uso del gel directamente sobre la piel acelera la curación. Además de mantener la piel hidratada, evita subidas y brotes que pueden empeorar el acné. El dolor que se puede desencadenar por el acné es más intenso si la piel no esta hidratada, dando lugar a la aparición de grietas o ampollas.
Las propiedades de limpieza y revitalización del aloe vera aumentan aún más la popularidad de su uso para el acné. Su aplicación no sólo controla los síntomas de acné, sino que también hace la piel más fresca y más joven.
En casos severos de pieles grasas y acenicas siempre recomiendo lavar diariamente el rostro con el jabón de Aloe Vera hecho de forma artesanal por la marca cosmética Marpoma
Por su parte la Bardana es una planta con actividad emoliente y protectora de la piel con acción antipruriginosa. Por vía oral, tiene efecto diurético, colerético y depurativo. También ejerce acción antimicrobiana y bacteriostática por su riqueza en arctiopicrina, antibiótico natural activo principalmente frente a estafilococos (responsable de algunas infecciones cutáneas).
La bardana facilita la eliminación de impurezas a través de la piel y el sistema urinario, por lo que su uso resulta muy útil en el tratamiento del acné, seborrea, forúnculos, erupciones de ciertas enfermedades como varicela o sarampión y eccemas y dermatitis en general. En estos casos, se emplea tanto por vía interna como externa y su eficacia se acentúa cuando se asocia con el pensamiento.
Además, su acción antimicrobiana es extensible a ciertas infecciones urinarias puesto que se elimina por la orina y ejerce también su acción antibiótica a este nivel.
Su uso está contraindicado en caso de hipersensibilidad a la bardana o a otras especies de la familia de las compuestas, y también durante el embarazo y la lactancia debido a la ausencia de datos que avalen su seguridad.