El problema de la obesidad no es un asunto solo de alimentación o dietas, ya sean de las conocidas como “milagro”, y que conviene evitar, o prescritas por un nutricionista.
Es un problema multifactorial, en el que se combinan muchas variables: el estilo de vida, los hábitos, la predisposición genética o el ejercicio. Por otra parte, existen alimentos, como la comida basura, que son adictivos: grasa e hidratos de carbono es una combinación explosiva, que nuestro cuerpo no es capaz de asimilar correctamente.
Si quieres bajar de peso, tómatelo como un objetivo, nunca como una obsesión. Combina alimentos sanos con ejercicio, y si alguna vez se te antoja un pequeño capricho, permítete disfrutar de él. Muchas veces es peor la ansiedad que crea el pensar “no puedo o no debo”.
Pero queremos destacar sobre todo el estrés. Es uno de los problemas más frecuentes en nuestra sociedad y quizás, uno de los más propensos para coger peso.
Cuando estamos nerviosos comemos mucho más. Además, suelen ser alimentos poco saludables (con mucho azúcar).
En la mayoría de casos, lo hacemos como un mecanismo de recompensa, nos sentimos mal por algún motivo y nuestro cerebro necesita obtener placer. Está demostrado que cuando comemos alimentos con azúcar se activan los mismos elementos neurológicos que en las adicciones.
Si queremos evitar coger esos kilos de más, es importante comer de una forma ordenada y equilibrada. Tenemos que acostumbrar a nuestro organismo a que funcione como un reloj (hacer 4 o 5 comidas al día respetando los espacios en los que no tenemos que comer). También es importante realizar alguna actividad que nos ilusione y nos motive para reforzar el sistema de recompensa de nuestro cuerpo. Parece difícil pero se puede conseguir.
Si quieres reforzar estos consejos, existen productos que ayudan a sobrellevar un ritmo de vida ajetreado. Es el caso de Control 30 y de Micebrina.