En la mayoría de ocasiones, la retención de líquidos impide que bajemos de peso. Es un problema que hemos sufrido casi todos alguna vez en nuestra vida y es un problema más serio de lo que pensamos.
Los primeros síntomas son un aumento de peso notorio, hinchazón en los pies y tobillos, así como una cierta rigidez en las articulaciones. Las causas son varias, desde un síntoma premenstrual, la ingesta de pastillas anticonceptivas o un problema de mala circulación.
Para reducir la retención de líquidos es importante no consumir sal, llevar una alimentación sana, equilibrada y rica en potasio, y consumir diuréticos naturales como los arándanos.
También tienes que beber mucha agua, mínimo dos litros al día, y evitar las grandes cantidades de cafeína o alcohol, ya que producen deshidratación. No esperes a tener sed para beber agua, ya que es síntoma de que el cuerpo empieza a deshidratarse.
No olvides hacer ejercicio, sobre todo en piernas. Haz bicicleta, corre o da un paseo cada día. Y si pasas mucho tiempo sentados en la oficina, puedes hacer ejercicio con los dedos de los pies, flexionándolos para favorecer el bombeo de la sangre. Hay que procurar descansar al menos una hora al día con las extremidades inferiores elevadas, y no utilizar ropa, calcetines, ni zapatos muy ajustados.
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