Si estás embarazada, puedes hacer deporte. Lo único que tienes que hacer es ser un poco más prudente y tener en cuenta una serie de recomendaciones. La regla más importante de hacer ejercicio es hacerlo regularmente, es decir, poco a poco y de una forma continuada. Con una hora al día y escogiendo ejercicios suaves es suficiente.
Es importante dejar un par de días a la semana para la recuperación de nuestro cuerpo. Hay que descansar, especialmente si no hemos hecho ejercicio anteriormente y con regularidad. No hagas competiciones, disfruta del deporte saludable pero no hagas un gran desgaste físico ya que está desaconsejado durante el embarazo.
Estate atenta a tus cambios físicos y respeta tu cuerpo. Si te sientes cansada no hagas grandes esfuerzos, si por el contrario te encuentras con energía, entrena como de costumbre. Es una época de muchos cambios y debes adaptarte a ellos.
Dependiendo del trimestre en el que te encuentres, tus actividades recomendadas serán diferentes. Durante los primeros meses de embarazo, hay menos peso pero el riesgo de aborto es mayor, por lo que debes evitar los ejercicios intensos. En el segundo trimestre, el riesgo disminuye pero la barriga comienza a molestar. Al final del embarazo existen más impedimentos pero puedes realizar actividades más suaves como caminar, nadar o ejercicios sencillos de yoga.
Entre las ventajas que encontramos está el aumento de los niveles de autoestima, mayor resistencia al dolor, mayor flexibilidad, evitar el exceso de peso y facilita el parto. Hay que tener el cuenta que el deporte siempre es bueno, pero hay que practicarlo con moderación y conociendo nuestras limitaciones.
