El anís es una planta de origen asiático y desde la Edad Media se utiliza para multitud de aplicaciones, tanto culinarias como terapéuticas. Fue introducida en España por los árabes y es conocida por su agradable sabor y aroma.
Posee un alto contenido en ácido ascórbico (vitamina C), aceite anetol, flavonoides y minerales. Tiene propiedades muy beneficiosas para la digestión, ya que alivia los gases, el mal aliento y tiene propiedades expectorantes (mejora la tos seca o el asma). Además, se han descubierto que previene los catarros y es efectivo en tratamientos contra la malaria.
Para aliviar todos estos síntomas, puedes tomarlo como infusión después de las comidas.
Los frutos del anís verde ayudan a regular la menstruación por lo que pueden ser utilizados para combatir los problemas de reglas dolorosas o cuando estas se retrasan o lo hacen irregularmente. También sirve para calmar el nerviosismo y levantar el ánimo cuando estamos cansados o débiles.
También puedes encontrar cápsulas de Aquilea Digest, compuestas por hierbabuena, anís verde, manzanilla, coriandro y aroma de menta. Son muy fáciles de utilizar y además muy beneficiosas para aliviar digestiones pesadas.
También se ha demostrado que el anís tiene otras propiedades como aumentar la leche materna, hirviendo 4 cucharadas de semillas de anís en un litro de agua y aplicándolo sobre los pechos o bebiéndolo.
Es bueno para combatir el hipo y los dolores de cabeza, solo tienes que machacar 8 gramos de anís en un litro de agua hirviendo y tomar 4 copitas al día.
Sea como sea, haz presente el anís en tu dieta y te sentirás mejor. Es recomendable que lo vayas alternando en periodos de tiempo, ya que si lo consumes durante largas temporadas puede resultar tóxico para tu organismo