Seguir una dieta puede resultar complicado, pero es algo necesario cuando queremos perder peso. El problema lo encontramos cuando seguirnos una dieta, con un estilo de vida saludable, y no perdemos peso.
Cuándo nos estancamos y no perdemos peso nos frustramos pensando en qué podrá estar fallando, hoy vamos a analizar los principales motivos que pueden afectar al proceso.
Consumir bebidas azucaradas
Consumir bebidas azucaradas o carbonatadas añade calorías vacías a la dieta que, por regla general, no se contabilizan y es un error. Además, otras de las opciones que creemos “más saludables”, como son los zumos, también tienen azúcar.
Por tanto, para evitar este obstáculo debemos evitar las bebidas azucaradas y, por supuesto, el alcohol, y optar siempre por agua, té o limonada casera.
Excederte con las “recompensas”
Otro de los errores comunes es comer demasiado cuando tenemos la “comida recompensa”.
Para mantener alta la motivación, solemos tomar una comida libre cada cierto tiempo, una a la semana o cada 15 días, depende de cada uno. Pero, no podemos excedernos, es importante controlar la ingesta de comida, así como la calidad de los alimentos, para no sobrepasar las calorías y echar a perder las metas conseguidas.
No controlar las cantidades
Seguir una dieta es supone optar siempre por alimentos saludables que nos aporten nutrientes de calidad, y huir de productos azucarados y ultraprocesados. Pero además, es crucial tener un déficit calórico con la alimentación.
Esto quiere decir que debemos controlar las porciones y el número de calorías para que a lo largo de la semana consumamos menos que las estipuladas para nuestro metabolismo.
No dormir lo suficiente
Este es un error muy común en el que ni siquiera pensamos. Dormir poco o mal altera algunas hormonas como la leptina y la grelina, que provocan que nuestra sensación de hambre aumente hasta en un 25% y esto, al final, afectará afectando al peso.
Pero dormir poco también afecta a nuestra temperatura corporal reduciendo el gasto energético que hacemos y nos da más tiempo para comer.
Dieta restrictiva, con poca variedad alimentos
Hay veces que nos empeñamos en seguir dietas muy restrictivas pensado que así perderemos más peso, pero la realidad es que, a pesar de perderlo más rápido, luego se recuperan los kilos con más facilidad y crea ansiedad, que por otro lado provocará que cuesta más seguir la dieta.
Generalmente, se tiene a eliminar grasas e hidratos de carbono, pero esto puede traernos problemas para la salud, por la falta de nutrientes, de energía para realizar las funciones básicas del organismo,… Por ello, lo importante es comer proteínas, grasas e hidratos controlando las cantidades, sobre todo de los dos últimos.
No beber suficiente agua
Beber agua nos ayuda a perder peso de manera más efectiva pues ayuda a incrementar el metabolismo y, por tanto, el gasto energético.
Problemas de salud o genéticos
A veces lo estamos haciendo todo bien y aún así no hay manera de perder peso. Esto puede deberse a algunas enfermedades.
Por ejemplo, los problemas hormonales o de tiroides, la diabetes, la celiaquía, etc. Son enfermedades que pueden provocar un aumento de peso sin motivo aparente. Por ello, es importante consultar al médico, especialmente si hay antecedentes familiares.